Educar sobre el Nivel Inicial y crear cociencia sobre el uso de la tecnologia para educar a los y las niñasde Nivel Inicilal.
sábado, 25 de junio de 2011
Cazas del tesoro
Los árboles
Propósito.
Crear en los niños un sentimiento de curiosidad en el cual ellos descubran y sastisfasgan sus necesidades
Introducción.
Los árboles son plantas las cuales le sirven al ser humano como alimento, como purificadores del aire ,de los suelos y existen de todos los tamaños y variedades cada uno con su diferente peculiaridad. Aquí descubriremos sus diferentes especies, tamaños y formas .
Preguntas.
- Que es para ti un árbol?
- cuantas especies conoces?
- como pueden ser los árboles?
- - Los árboles son comestibles ?
-
-
- la gran pregunta:
- los árboles nos proporcionan vida?
- Recursos:
viernes, 24 de junio de 2011
Con el piripi pipinando,
con el piripi el pájaro cantando,
con el piripi pipiripando,
con el piripi el pájaro pajeando.
con el piripi el pájaro cantando,
con el piripi pipiripando,
con el piripi el pájaro pajeando.
Si Prieto me aprieta,
yo también aprieto a Prieto.
yo también aprieto a Prieto.
Si el verte
fuera la muerte
y el no verte fuera la vida,
prefiero la muerte
y el verte,
que no verte
y tener vida.
fuera la muerte
y el no verte fuera la vida,
prefiero la muerte
y el verte,
que no verte
y tener vida.
A Cuesta le cuesta
subir la cuesta,
y en medio de la cuesta,
va y se acuesta.
subir la cuesta,
y en medio de la cuesta,
va y se acuesta.
jueves, 23 de junio de 2011
La paz de un niño
Autor: Victoria Lucía Aristizábal
La paz de un niño
es la paz en piel de armiño
la paz de un bello ruiseñor
cuando el Señor quita sus penas
llenando de alegrìa y horas buenas
a quièn màs le significa el poder del amor
Es del niño la blancura
la paz que da frescura, diamantina
una paloma que al niño se asoma
y se le posa sin ningùn temor
llenando de color con arco iris
para pintar su dolor con un marco
que significa ternura de corazòn
Con el niño la paz se inflama
con la llama del valor superior
con la voz amorosa de un racimo
de sìlabas que salen de su propio
corazòn para plantar con tacto
un canto que solo rime con amor.
Coronados los niños por Dios amados
sin pena en la batalla porque no calla
la mano que intenta asesinar su pregòn
porque se mata con el niño el divino don
y cardos y penas quedaràn sin el niño de la paz
sin el niño que vino a enseñar con su inocencia
la ciencia de la firme y buena voluntad.
es la paz en piel de armiño
la paz de un bello ruiseñor
cuando el Señor quita sus penas
llenando de alegrìa y horas buenas
a quièn màs le significa el poder del amor
Es del niño la blancura
la paz que da frescura, diamantina
una paloma que al niño se asoma
y se le posa sin ningùn temor
llenando de color con arco iris
para pintar su dolor con un marco
que significa ternura de corazòn
Con el niño la paz se inflama
con la llama del valor superior
con la voz amorosa de un racimo
de sìlabas que salen de su propio
corazòn para plantar con tacto
un canto que solo rime con amor.
Coronados los niños por Dios amados
sin pena en la batalla porque no calla
la mano que intenta asesinar su pregòn
porque se mata con el niño el divino don
y cardos y penas quedaràn sin el niño de la paz
sin el niño que vino a enseñar con su inocencia
la ciencia de la firme y buena voluntad.
POEMAS INFANTILES
Recuerdo infantil
Autor: Antonio Machado
Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.
Es la clase. En un cartel
se representa a Caín
fugitivo, y muerto Abel,
junto a una mancha carmín.
Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.
Y todo un coro infantil
va cantando la lección:
"mil veces ciento, cien mil;
mil veces mil, un millón".
Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de la lluvia en los cristales.
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.
Es la clase. En un cartel
se representa a Caín
fugitivo, y muerto Abel,
junto a una mancha carmín.
Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.
Y todo un coro infantil
va cantando la lección:
"mil veces ciento, cien mil;
mil veces mil, un millón".
Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de la lluvia en los cristales.
Los Tres Cerditos
En el corazón del bosque vivían tres cerditos que eran hermanos. El lobo siempre andaba persiguiéndoles para comérselos. Para escapar del lobo, los cerditos decidieron hacerse una casa.
El pequeño la hizo de paja, para acabar antes y poder irse a jugar.El mediano construyó una casita de madera. Al ver que su hermano pequeño había terminado ya, se dio prisa para irse a jugar con él.El mayor trabajaba en su casa de ladrillo.- Ya veréis lo que hace el lobo con vuestras casas- riñó a sus hermanos mientras éstos se lo pasaban en grande.
El lobo salió detrás del cerdito pequeño y él corrió hasta su casita de paja, pero el lobo sopló y sopló y la casita de paja derrumbó.El lobo persiguió también al cerdito por el bosque, que corrió a refugiarse en casa de su hermano mediano. Pero el lobo sopló y sopló y la casita de madera derribó. Los dos cerditos salieron pitando de allí.Casi sin aliento, con el lobo pegado a sus talones, llegaron a la casa del hermano mayor.Los tres se metieron dentro y cerraron bien todas las puertas y ventanas.
El lobo se puso a dar vueltas a la casa, buscando algún sitio por el que entrar. Con una escalera larguísima trepó hasta el tejado, para colarse por la chimenea. Pero el cerdito mayor puso al fuego una olla con agua. El lobo comilón descendió por el interior de la chimenea, pero cayó sobre el agua hirviendo y se escaldó.Escapó de allí dando unos terribles aullidos que se oyeron en todo el bosque. Se cuenta que nunca jamás quiso comer cerdito.
En el corazón del bosque vivían tres cerditos que eran hermanos. El lobo siempre andaba persiguiéndoles para comérselos. Para escapar del lobo, los cerditos decidieron hacerse una casa.
El pequeño la hizo de paja, para acabar antes y poder irse a jugar.El mediano construyó una casita de madera. Al ver que su hermano pequeño había terminado ya, se dio prisa para irse a jugar con él.El mayor trabajaba en su casa de ladrillo.- Ya veréis lo que hace el lobo con vuestras casas- riñó a sus hermanos mientras éstos se lo pasaban en grande.
El lobo salió detrás del cerdito pequeño y él corrió hasta su casita de paja, pero el lobo sopló y sopló y la casita de paja derrumbó.El lobo persiguió también al cerdito por el bosque, que corrió a refugiarse en casa de su hermano mediano. Pero el lobo sopló y sopló y la casita de madera derribó. Los dos cerditos salieron pitando de allí.Casi sin aliento, con el lobo pegado a sus talones, llegaron a la casa del hermano mayor.Los tres se metieron dentro y cerraron bien todas las puertas y ventanas.
El lobo se puso a dar vueltas a la casa, buscando algún sitio por el que entrar. Con una escalera larguísima trepó hasta el tejado, para colarse por la chimenea. Pero el cerdito mayor puso al fuego una olla con agua. El lobo comilón descendió por el interior de la chimenea, pero cayó sobre el agua hirviendo y se escaldó.Escapó de allí dando unos terribles aullidos que se oyeron en todo el bosque. Se cuenta que nunca jamás quiso comer cerdito.
FIN
Caperucita Roja
Había una vez una niña llamada Caperucita Roja, ya que su abuelita le regaló una caperuza roja. Un día, la mamá de Caperucita la mandó a casa de su abuelita, estaba enferma, para que le llevara en una cesta pan, chocolate, azúcar y dulces. Su mamá le dijo: "no te apartes del camino de siempre, ya que en el bosque hay lobos".Caperucita iba cantando por el camino que su mamá le había dicho y , de repente, se encontró con el lobo y le dijo: "Caperucita, Caperucita, ¿dónde vas?". "A casa de mi abuelita a llevarle pan, chocolate, azúcar y dulces". "¡Vamos a hacer una carrera! Te dejaré a ti el camino más corto y yo el más largo para darte ventaja." Caperucita aceptó pero ella no sabía que el lobo la había engañado. El lobo llegó antes y se comió a la abuelita.
Cuando ésta llegó, llamó a la puerta: "¿Quién es?", dijo el lobo vestido de abuelita. "Soy yo", dijo Caperucita. "Pasa, pasa nietecita". "Abuelita, qué ojos más grandes tienes", dijo la niña extrañada. "Son para verte mejor". "Abuelita, abuelita, qué orejas tan grandes tienes". "Son para oírte mejor". "Y qué nariz tan grande tienes". "Es para olerte mejor". "Y qué boca tan grande tienes". "¡Es para comerte mejor!".
Caperucita empezó a correr por toda la habitación y el lobo tras ella. Pasaban por allí unos cazadores y al escuchar los gritos se acercaron con sus escopetas. Al ver al lobo le dispararon y sacaron a la abuelita de la barriga del lobo. Así que Caperucita después de este susto no volvió a desobedecer a su mamá. Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
FIN
Pulgarcito
Érase una vez un pobre campesino. Una noche se encontraba sentado, atizando el fuego, mientras que su esposa hilaba sentada junto a él. Ambos se lamentaban de hallarse en un hogar sin niños.
-¡Qué triste es no tener hijos! -dijo él-. En esta casa siempre hay silencio, mientras que en los demás hogares hay tanto bullicio y alegría...
-¡Es verdad! -contestó la mujer suspirando-. Si por lo menos tuviéramos uno, aunque fuese muy pequeño y no mayor que el pulgar, seríamos felices y lo querríamos de todo corazón.
Y entonces sucedió que la mujer se indispuso y, después de siete meses, dio a luz a un niño completamente normal en todo, si exceptuamos que no era más grande que un dedo pulgar.
-Es tal como lo habíamos deseado. Va a ser nuestro hijo querido.
Y debido a su tamaño lo llamaron Pulgarcito. No le escatimaron la comida, pero el niño no creció y se quedó tal como era en el momento de nacer. Sin embargo, tenía una mirada inteligente y pronto dio muestras de ser un niño listo y hábil, al que le salía bien cualquier cosa que se propusiera.
Un día, el campesino se aprestaba a ir al bosque a cortar leña y dijo para sí:
-Ojalá tuviera a alguien que me llevase el carro.
-¡Oh, padre! -exclamó Pulgarcito- ¡Ya te llevaré yo el carro! ¡Puedes confiar en mí! En el momento oportuno lo tendrás en el bosque.
El hombre se echó a reír y dijo:
-¿Cómo podría ser eso? Eres demasiado pequeño para llevar de las bridas al caballo.
-¡Eso no importa, padre! Si mamá lo engancha, yo me pondré en la oreja del caballo y le iré diciendo al oido por dónde ha de ir.
-¡Está bien! -contestó el padre-, probaremos una vez.
Cuando llegó la hora, la madre enganchó el carro y colocó a Pulgarcito en la oreja del caballo, donde el pequeño se puso a gritarle por dónde tenía que ir, tan pronto con un "¡Heiii!", como con un "¡Arre!". Todo fue tan bien como si un conductor de experiencia condujese el carro, encaminándose derecho hacia el bosque.
Sucedió que, justo al doblar un recodo del camino, cuando el pequeño iba gritando "¡Arre! ¡Arre!" , acertaron a pasar por allí dos forasteros.
-¡Cómo es eso! -dijo uno- ¿Qué es lo que pasa? Ahí va un carro, y alguien va arreando al caballo; sin embargo no se ve a nadie conduciéndolo.
-Todo es muy extraño -dijo el otro-. Vamos a seguir al carro para ver dónde se para.
Pero el carro se internó en pleno bosque y llegó justo al sitio donde estaba la leña cortada. Cuando Pulgarcito vio a su padre, le gritó:
-¿Ves, padre? Ya he llegado con el carro. Bájame ahora del caballo.
El padre tomó las riendas con la mano izquierda y con la derecha sacó a su hijo de la oreja del caballo. Pulgarcito se sentó feliz sobre una brizna de hierba. Cuando los dos forasteros lo vieron se quedaron tan sorprendidos que no supieron qué decir. Ambos se escondieron, diciéndose el uno al otro:
-Oye, ese pequeñín bien podría hacer nuestra fortuna si lo exhibimos en la ciudad y cobramos por enseñarlo. Vamos a comprarlo.
Se acercaron al campesino y le dijeron:
-Véndenos al pequeño; estará muy bien con nosotros.
-No -respondió el padre- es mi hijo querido y no lo vendería ni por todo el oro del mundo.
Pero al oír esta propuesta, Pulgarcito trepó por los pliegues de la ropa de su padre, se colocó sobre su hombro y le susurró al oído:
-Padre, véndeme, que ya sabré yo cómo regresar a casa.
Entonces, el padre lo entregó a los dos hombres a cambio de una buena cantidad de dinero.
-¿Dónde quieres sentarte? -le preguntaron.
-¡Da igual ! Colocadme sobre el ala de un sombrero; ahí podré pasearme de un lado para otro, disfrutando del paisaje, y no me caeré.
Cumplieron su deseo y, cuando Pulgarcito se hubo despedido de su padre, se pusieron todos en camino. Viajaron hasta que anocheció y Pulgarcito dijo entonces:
-Bájadme un momento; tengo que hacer una necesidad.
-No, quédate ahí arriba -le contestó el que lo llevaba en su cabeza-. No me importa. Las aves también me dejan caer a menudo algo encima.
-No -respondió Pulgarcito-, yo también sé lo que son las buenas maneras. Bajadme inmediatamente.
El hombre se quitó el sombrero y puso a Pulgarcito en un sembrado al borde del camino. Por un momento dio saltitos entre los terrones de tierra y, de repente, se metió en una madriguera que había localizado desde arriba.
-¡Buenas noches, señores, sigan sin mí! -les gritó con un tono de burla.
Los hombres se acercaron corriendo y rebuscaron con sus bastones en la madriguera del ratón, pero su esfuerzo fue inútil. Pulgarcito se arrastró cada vez más abajo y, como la oscuridad no tardó en hacerse total, se vieron obligados a regresar, burlados y con las manos vacías.
Cuando Pulgarcito advirtió que se habían marchado, salió de la madriguera.
-Es peligroso atravesar estos campos de noche -pensó-; sería muy fácil caerse y romperse un hueso.
Por fortuna tropezó con una concha vacía de caracol.
-¡Gracias a Dios! -exclamó- Ahí podré pasar la noche con tranquilidad.
Y se metió dentro del caparazón. Un momento después, cuando estaba a punto de dormirse, oyó pasar a dos hombres; uno de ellos decía:
-¿Cómo haremos para robarle al cura rico todo su oro y su palta?
-¡Yo podría decírtelo! -se puso a gritar Pulgarcito.
-¿Qué fue eso? -dijo uno de los espantados ladrones-; he oído hablar a alguien.
Se quedaron quietos escuchando, y Pulgarcito insistió:
-Llévadme con vosotros y os ayudaré.
-¿Dónde estás?
-Buscad por la tierra y fijaos de dónde viene la voz -contestó.
Por fin los ladrones lo encontraron y lo alzaron hasta ellos.
-A ver, pequeñajo, ¿cómo vas a ayudarnos?
-¡Escuchad! Yo me deslizaré por las cañerías hasta la habitación del cura y os iré pasando todo cuanto queráis.
-¡Está bien! Veremos qué sabes hacer.
Cuando llegaron a la casa del cura, Pulgarcito se introdujo en la habitación y se puso a gritar con todas sus fuerzas.
-¿Quereis todo lo que hay aquí?
Los ladrones se estremecieron y le dijeron:
-Baja la voz para que nadie se despierte.
Pero Pulgarcito hizo como si no entendiera y continuó gritando:
-¿Qué queréis? ¿Queréis todo lo que hay aquí?
La cocinera, que dormía en la habitación de al lado, oyó estos gritos, se incorporó en su cama y se puso a escuchar, pero los ladrones asustados se habían alejado un poco. Por fin recobraron el valor diciéndose:
-Ese pequeñajo quiere burlarse de nosotros.
Regresaron y le susurraron:
-Vamos, nada de bromas y pásanos alguna cosa.
Entonces, Pulgarcito se puso a gritar de nuevo con todas sus fuerzas:
-Sí, quiero daros todo; sólo tenéis que meter las manos.
La cocinera, que ahora oyó todo claramente, saltó de su cama y se acercó corriendo a la puerta. Los ladrones, atemorizados, huyeron como si los persiguiese el diablo, y la criada, que no veía nada, fue a encender una vela. Cuando regresó, Pulgarcito, sin ser descubierto, se había escondido en el pajar. La sirvienta, después de haber registrado todos los rincones y no encontrar nada, acabó por volver a su cama y supuso que había soñado despierta.
Pulgarcito había trepado por la paja y en ella encontró un buen lugar para dormir. Quería descansar allí hasta que se hiciese de día para volver luego con sus padres, pero aún habrían de ocurrirle otras muchas cosas antes de poder regresar a su casa.
Como de costumbre, la criada se levantó antes de que despuntase el día para dar de comer a los animales. Fue primero al pajar, y de allí tomó una brazada de heno, precisamente del lugar en donde dormía Pulgarcito. Estaba tan profundamente dormido que no se dio cuenta de nada, y no despertó hasta que estuvo en la boca de la vaca que se había tragado el heno.
-¡Oh, Dios mío! -exclamó-. ¿Cómo he podido caer en este molino?
Pero pronto se dio cuenta de dónde se encontraba. No pudo hacer otra cosa sino evitar ser triturado por los dientes de la vaca; mas no pudo evitar resbalar hasta el estómago.
-En esta habitación tan pequeña se han olvidado de hacer una ventana -se dijo-, y no entra el sol y tampoco veo ninguna luz.
Este lugar no le gustaba nada, y lo peor era que continuamente entraba más paja por la puerta, por lo que el espacio iba reduciéndose cada vez más. Entonces, presa del pánico, gritó con todas sus fuerzas:
-¡No me traigan más forraje! ¡No me traigan más forraje!
La moza estaba ordeñando a la vaca cuando oyó hablar sin ver a nadie, y reconoció que era la misma voz que había escuchado por la noche. Se asustó tanto que cayó del taburete y derramó toda la leche. Corrió entonces a toda velocidad hasta donde se encontraba su amo y le dijo:
-¡Ay, señor cura, la vaca ha hablado!
-¡Estás loca! -repuso el cura.
Y se dirigió al establo a ver lo que ocurría; pero, apenas cruzó el umbral, cuando Pulgarcito se puso a gritar de nuevo:
-¡No me traigan más forraje! ¡No me traigan más forraje!
Ante esto, el mismo cura también se asustó, suponiendo que era obra del diablo, y ordenó que se matara a la vaca. Entonces la vaca fue descuartizada y el estómago, donde estaba encerrado Pulgarcito, fue arrojado al estiercol. Nuestro amigo hizo ímprobos esfuerzos por salir de allí y, cuando ya por fin empezaba a sacar la cabeza, le aconteció una nueva desgracia. Un lobo hambriento, que acertó a pasar por el lugar, se tragó el estómago de un solo bocado. Pulgarcito no perdió los ánimos. «Quizá -pensó- este lobo sea comprensivo». Y, desde el fondo de su panza, se puso a gritarle:
-¡Querido lobo, sé donde hallar un buena comida para ti!
-¿Adónde he de ir? -preguntó el lobo.
-En tal y tal casa. No tienes más que entrar por la trampilla de la cocina y encontrarás tortas, tocino y longanizas, tanto como desees comer.
Y Pulgarcito le describió minuciosamente la casa de sus padres.
El lobo no necesitó que se lo dijeran dos veces. Por la noche entró por la trampilla de la cocina y, en la despensa, comió de todo con inmenso placer. Cuando estuvo harto, quiso salir, pero había engordado tanto que ya no cabía por el mismo sitio. Pulgarcito, que lo tenía todo previsto, comenzó a patalear y a gritar dentro de la barriga del lobo.
-¿Te quieres estar quieto? -le dijo el lobo-. Vas a despertar a todo el mundo.
-¡Ni hablar! -contestó el pequeño-. ¿No has disfrutado bastante ya? Ahora yo también quiero divertirme.
Y se puso de nuevo a gritar con todas sus fuerzas. Los chillidos despertaron finalmente a sus padres, quienes corrieron hacia la despensa y miraron por una rendija. Cuando vieron al lobo, el hombre corrió a buscar el hacha y la mujer la hoz.
-Quédate detrás de mí -dijo el hombre al entrar en la despensa-. Primero le daré un golpe con el hacha y, si no ha muerto aún, le atizarás con la hoz y le abrirás las tripas.
Cuando Pulgarcito oyó la voz de su padre, gritó:
-¡Querido padre, estoy aquí; aquí, en la barriga del lobo!
-¡Gracias a Dios! -dijo el padre-. ¡Ya ha aparecido nuestro querido hijo!
Y le indicó a su mujer que no usara la hoz, para no herir a Pulgarcito. Luego, blandiendo el hacha, asestó al lobo tal golpe en la cabeza que éste cayó muerto. Entonces fueron a buscar un cuchillo y unas tijeras, le abrieron la barriga al lobo y sacaron al pequeño.
-¡Qué bien! -dijo el padre-. ¡No sabes lo preocupados que estábamos por ti!
-¡Sí, padre, he vivido mil aventuras. ¡Gracias a Dios que puedo respirar de nuevo aire freco!
-Pero, ¿dónde has estado?
-¡Ay, padre!, he estado en la madriguera de un ratón, en el estómago de una vaca y en la barriga de un lobo. Ahora estoy por fin con vosotros.
-Y no te volveremos a vender ni por todo el oro del mundo.
Y abrazaron y besaron con mucho cariño a su querido Pulgarcito; le dieron de comer y de beber, lo bañaron y le pusieron ropas nuevas, pues las que llevaba se habían estropeado en su accidentado viaje.
FIN
CUENTOS PARA DORMIR
Pulgarcito
Érase una vez un pobre campesino. Una noche se encontraba sentado, atizando el fuego, mientras que su esposa hilaba sentada junto a él. Ambos se lamentaban de hallarse en un hogar sin niños.
-¡Qué triste es no tener hijos! -dijo él-. En esta casa siempre hay silencio, mientras que en los demás hogares hay tanto bullicio y alegría...
-¡Es verdad! -contestó la mujer suspirando-. Si por lo menos tuviéramos uno, aunque fuese muy pequeño y no mayor que el pulgar, seríamos felices y lo querríamos de todo corazón.
Y entonces sucedió que la mujer se indispuso y, después de siete meses, dio a luz a un niño completamente normal en todo, si exceptuamos que no era más grande que un dedo pulgar.
-Es tal como lo habíamos deseado. Va a ser nuestro hijo querido.
Y debido a su tamaño lo llamaron Pulgarcito. No le escatimaron la comida, pero el niño no creció y se quedó tal como era en el momento de nacer. Sin embargo, tenía una mirada inteligente y pronto dio muestras de ser un niño listo y hábil, al que le salía bien cualquier cosa que se propusiera.
Un día, el campesino se aprestaba a ir al bosque a cortar leña y dijo para sí:
-Ojalá tuviera a alguien que me llevase el carro.
-¡Oh, padre! -exclamó Pulgarcito- ¡Ya te llevaré yo el carro! ¡Puedes confiar en mí! En el momento oportuno lo tendrás en el bosque.
El hombre se echó a reír y dijo:
-¿Cómo podría ser eso? Eres demasiado pequeño para llevar de las bridas al caballo.
-¡Eso no importa, padre! Si mamá lo engancha, yo me pondré en la oreja del caballo y le iré diciendo al oido por dónde ha de ir.
-¡Está bien! -contestó el padre-, probaremos una vez.
Cuando llegó la hora, la madre enganchó el carro y colocó a Pulgarcito en la oreja del caballo, donde el pequeño se puso a gritarle por dónde tenía que ir, tan pronto con un "¡Heiii!", como con un "¡Arre!". Todo fue tan bien como si un conductor de experiencia condujese el carro, encaminándose derecho hacia el bosque.
Sucedió que, justo al doblar un recodo del camino, cuando el pequeño iba gritando "¡Arre! ¡Arre!" , acertaron a pasar por allí dos forasteros.
-¡Cómo es eso! -dijo uno- ¿Qué es lo que pasa? Ahí va un carro, y alguien va arreando al caballo; sin embargo no se ve a nadie conduciéndolo.
-Todo es muy extraño -dijo el otro-. Vamos a seguir al carro para ver dónde se para.
Pero el carro se internó en pleno bosque y llegó justo al sitio donde estaba la leña cortada. Cuando Pulgarcito vio a su padre, le gritó:
-¿Ves, padre? Ya he llegado con el carro. Bájame ahora del caballo.
El padre tomó las riendas con la mano izquierda y con la derecha sacó a su hijo de la oreja del caballo. Pulgarcito se sentó feliz sobre una brizna de hierba. Cuando los dos forasteros lo vieron se quedaron tan sorprendidos que no supieron qué decir. Ambos se escondieron, diciéndose el uno al otro:
-Oye, ese pequeñín bien podría hacer nuestra fortuna si lo exhibimos en la ciudad y cobramos por enseñarlo. Vamos a comprarlo.
Se acercaron al campesino y le dijeron:
-Véndenos al pequeño; estará muy bien con nosotros.
-No -respondió el padre- es mi hijo querido y no lo vendería ni por todo el oro del mundo.
Pero al oír esta propuesta, Pulgarcito trepó por los pliegues de la ropa de su padre, se colocó sobre su hombro y le susurró al oído:
-Padre, véndeme, que ya sabré yo cómo regresar a casa.
Entonces, el padre lo entregó a los dos hombres a cambio de una buena cantidad de dinero.
-¿Dónde quieres sentarte? -le preguntaron.
-¡Da igual ! Colocadme sobre el ala de un sombrero; ahí podré pasearme de un lado para otro, disfrutando del paisaje, y no me caeré.
Cumplieron su deseo y, cuando Pulgarcito se hubo despedido de su padre, se pusieron todos en camino. Viajaron hasta que anocheció y Pulgarcito dijo entonces:
-Bájadme un momento; tengo que hacer una necesidad.
-No, quédate ahí arriba -le contestó el que lo llevaba en su cabeza-. No me importa. Las aves también me dejan caer a menudo algo encima.
-No -respondió Pulgarcito-, yo también sé lo que son las buenas maneras. Bajadme inmediatamente.
El hombre se quitó el sombrero y puso a Pulgarcito en un sembrado al borde del camino. Por un momento dio saltitos entre los terrones de tierra y, de repente, se metió en una madriguera que había localizado desde arriba.
-¡Buenas noches, señores, sigan sin mí! -les gritó con un tono de burla.
Los hombres se acercaron corriendo y rebuscaron con sus bastones en la madriguera del ratón, pero su esfuerzo fue inútil. Pulgarcito se arrastró cada vez más abajo y, como la oscuridad no tardó en hacerse total, se vieron obligados a regresar, burlados y con las manos vacías.
Cuando Pulgarcito advirtió que se habían marchado, salió de la madriguera.
-Es peligroso atravesar estos campos de noche -pensó-; sería muy fácil caerse y romperse un hueso.
Por fortuna tropezó con una concha vacía de caracol.
-¡Gracias a Dios! -exclamó- Ahí podré pasar la noche con tranquilidad.
Y se metió dentro del caparazón. Un momento después, cuando estaba a punto de dormirse, oyó pasar a dos hombres; uno de ellos decía:
-¿Cómo haremos para robarle al cura rico todo su oro y su palta?
-¡Yo podría decírtelo! -se puso a gritar Pulgarcito.
-¿Qué fue eso? -dijo uno de los espantados ladrones-; he oído hablar a alguien.
Se quedaron quietos escuchando, y Pulgarcito insistió:
-Llévadme con vosotros y os ayudaré.
-¿Dónde estás?
-Buscad por la tierra y fijaos de dónde viene la voz -contestó.
Por fin los ladrones lo encontraron y lo alzaron hasta ellos.
-A ver, pequeñajo, ¿cómo vas a ayudarnos?
-¡Escuchad! Yo me deslizaré por las cañerías hasta la habitación del cura y os iré pasando todo cuanto queráis.
-¡Está bien! Veremos qué sabes hacer.
Cuando llegaron a la casa del cura, Pulgarcito se introdujo en la habitación y se puso a gritar con todas sus fuerzas.
-¿Quereis todo lo que hay aquí?
Los ladrones se estremecieron y le dijeron:
-Baja la voz para que nadie se despierte.
Pero Pulgarcito hizo como si no entendiera y continuó gritando:
-¿Qué queréis? ¿Queréis todo lo que hay aquí?
La cocinera, que dormía en la habitación de al lado, oyó estos gritos, se incorporó en su cama y se puso a escuchar, pero los ladrones asustados se habían alejado un poco. Por fin recobraron el valor diciéndose:
-Ese pequeñajo quiere burlarse de nosotros.
Regresaron y le susurraron:
-Vamos, nada de bromas y pásanos alguna cosa.
Entonces, Pulgarcito se puso a gritar de nuevo con todas sus fuerzas:
-Sí, quiero daros todo; sólo tenéis que meter las manos.
La cocinera, que ahora oyó todo claramente, saltó de su cama y se acercó corriendo a la puerta. Los ladrones, atemorizados, huyeron como si los persiguiese el diablo, y la criada, que no veía nada, fue a encender una vela. Cuando regresó, Pulgarcito, sin ser descubierto, se había escondido en el pajar. La sirvienta, después de haber registrado todos los rincones y no encontrar nada, acabó por volver a su cama y supuso que había soñado despierta.
Pulgarcito había trepado por la paja y en ella encontró un buen lugar para dormir. Quería descansar allí hasta que se hiciese de día para volver luego con sus padres, pero aún habrían de ocurrirle otras muchas cosas antes de poder regresar a su casa.
Como de costumbre, la criada se levantó antes de que despuntase el día para dar de comer a los animales. Fue primero al pajar, y de allí tomó una brazada de heno, precisamente del lugar en donde dormía Pulgarcito. Estaba tan profundamente dormido que no se dio cuenta de nada, y no despertó hasta que estuvo en la boca de la vaca que se había tragado el heno.
-¡Oh, Dios mío! -exclamó-. ¿Cómo he podido caer en este molino?
Pero pronto se dio cuenta de dónde se encontraba. No pudo hacer otra cosa sino evitar ser triturado por los dientes de la vaca; mas no pudo evitar resbalar hasta el estómago.
-En esta habitación tan pequeña se han olvidado de hacer una ventana -se dijo-, y no entra el sol y tampoco veo ninguna luz.
Este lugar no le gustaba nada, y lo peor era que continuamente entraba más paja por la puerta, por lo que el espacio iba reduciéndose cada vez más. Entonces, presa del pánico, gritó con todas sus fuerzas:
-¡No me traigan más forraje! ¡No me traigan más forraje!
La moza estaba ordeñando a la vaca cuando oyó hablar sin ver a nadie, y reconoció que era la misma voz que había escuchado por la noche. Se asustó tanto que cayó del taburete y derramó toda la leche. Corrió entonces a toda velocidad hasta donde se encontraba su amo y le dijo:
-¡Ay, señor cura, la vaca ha hablado!
-¡Estás loca! -repuso el cura.
Y se dirigió al establo a ver lo que ocurría; pero, apenas cruzó el umbral, cuando Pulgarcito se puso a gritar de nuevo:
-¡No me traigan más forraje! ¡No me traigan más forraje!
Ante esto, el mismo cura también se asustó, suponiendo que era obra del diablo, y ordenó que se matara a la vaca. Entonces la vaca fue descuartizada y el estómago, donde estaba encerrado Pulgarcito, fue arrojado al estiercol. Nuestro amigo hizo ímprobos esfuerzos por salir de allí y, cuando ya por fin empezaba a sacar la cabeza, le aconteció una nueva desgracia. Un lobo hambriento, que acertó a pasar por el lugar, se tragó el estómago de un solo bocado. Pulgarcito no perdió los ánimos. «Quizá -pensó- este lobo sea comprensivo». Y, desde el fondo de su panza, se puso a gritarle:
-¡Querido lobo, sé donde hallar un buena comida para ti!
-¿Adónde he de ir? -preguntó el lobo.
-En tal y tal casa. No tienes más que entrar por la trampilla de la cocina y encontrarás tortas, tocino y longanizas, tanto como desees comer.
Y Pulgarcito le describió minuciosamente la casa de sus padres.
El lobo no necesitó que se lo dijeran dos veces. Por la noche entró por la trampilla de la cocina y, en la despensa, comió de todo con inmenso placer. Cuando estuvo harto, quiso salir, pero había engordado tanto que ya no cabía por el mismo sitio. Pulgarcito, que lo tenía todo previsto, comenzó a patalear y a gritar dentro de la barriga del lobo.
-¿Te quieres estar quieto? -le dijo el lobo-. Vas a despertar a todo el mundo.
-¡Ni hablar! -contestó el pequeño-. ¿No has disfrutado bastante ya? Ahora yo también quiero divertirme.
Y se puso de nuevo a gritar con todas sus fuerzas. Los chillidos despertaron finalmente a sus padres, quienes corrieron hacia la despensa y miraron por una rendija. Cuando vieron al lobo, el hombre corrió a buscar el hacha y la mujer la hoz.
-Quédate detrás de mí -dijo el hombre al entrar en la despensa-. Primero le daré un golpe con el hacha y, si no ha muerto aún, le atizarás con la hoz y le abrirás las tripas.
Cuando Pulgarcito oyó la voz de su padre, gritó:
-¡Querido padre, estoy aquí; aquí, en la barriga del lobo!
-¡Gracias a Dios! -dijo el padre-. ¡Ya ha aparecido nuestro querido hijo!
Y le indicó a su mujer que no usara la hoz, para no herir a Pulgarcito. Luego, blandiendo el hacha, asestó al lobo tal golpe en la cabeza que éste cayó muerto. Entonces fueron a buscar un cuchillo y unas tijeras, le abrieron la barriga al lobo y sacaron al pequeño.
-¡Qué bien! -dijo el padre-. ¡No sabes lo preocupados que estábamos por ti!
-¡Sí, padre, he vivido mil aventuras. ¡Gracias a Dios que puedo respirar de nuevo aire freco!
-Pero, ¿dónde has estado?
-¡Ay, padre!, he estado en la madriguera de un ratón, en el estómago de una vaca y en la barriga de un lobo. Ahora estoy por fin con vosotros.
-Y no te volveremos a vender ni por todo el oro del mundo.
Y abrazaron y besaron con mucho cariño a su querido Pulgarcito; le dieron de comer y de beber, lo bañaron y le pusieron ropas nuevas, pues las que llevaba se habían estropeado en su accidentado viaje.
FIN
miércoles, 22 de junio de 2011
Enlaces para Web Quest Educativos
http://usuarios.multimania.es/mundodelosanimales/
http://internetenjardin1.blogspot.com/2010/04/webquest-miniquest-y-cacerias-de-tesoro.html
http://www.educacioninicial.com/EI/contenidos/00/4650/4663.asphttp://64.76.125.156/webquest/webquest/soporte_tabbed_w.php?id_actividad=508&id_pagina=1 http://www.delacalle.net/cristina/webquest/ http://www.juntadeandalucia.es/averroes/ceipalcaldejjrebollo/actividades_tic/webquest_coeducacion/index.htm http://www.juntadeandalucia.es/averroes/ceipalcaldejjrebollo/actividades_tic/webquest_coeducacion/index.htm
http://internetenjardin1.blogspot.com/2010/04/webquest-miniquest-y-cacerias-de-tesoro.html
http://www.educacioninicial.com/EI/contenidos/00/4650/4663.asphttp://64.76.125.156/webquest/webquest/soporte_tabbed_w.php?id_actividad=508&id_pagina=1 http://www.delacalle.net/cristina/webquest/ http://www.juntadeandalucia.es/averroes/ceipalcaldejjrebollo/actividades_tic/webquest_coeducacion/index.htm http://www.juntadeandalucia.es/averroes/ceipalcaldejjrebollo/actividades_tic/webquest_coeducacion/index.htm
viernes, 17 de junio de 2011
RESUMEN SOBRE EL BUEN USO DEL INTERNET
La utilización segura y educativa
de Internet
en las escuelas
No cabe duda de que el mundo se encamina cada vez más, hacia la modernización, y el proceso enseñanaza-aprendizaje no escapa a esta tendencia, de maenra que se impone que los actores del sitrema conozcan manejen cada una de las herrameitnas tecnológicas que trae consigo la modernización señalada, a los fiens de extraer el mejor de los provechos a los mismos.
En ese sentido, al parecer está fuera de toda discusión el que la red electrónica de redes, Internet, se está convirtiendo en una herramienta poderosísima para el intercambio de información de todo tipo entre los ciudadanos y ciudadanas del mundo, proceso que jamás se detendrá, puesto que como se sostiene: “Internet es una valiosa y expansiva red de información, cuyo contenido no está regulado y que mezcla, sin orden ni concierto, verdades, medias verdades y engaños. Junto con información valiosa, también incluye oleadas de páginas pornográficas, violencia y material políticamente peligroso, que surge a menudo de forma inesperada, sin previo aviso”.
Muchos han sido los logros que se han alcanzado en este proceso de modernización, consolidado por una serie de hallazgos, y “A partir de los hallazgos de las investigaciones realizadas en el ámbito nacional e internacional, puede afirmarse a grandes rasgos que el profesorado..., en general, se muestra inseguro y desorientado sobre las posibilidades, riesgos y limitaciones”, lo que es colocarse de espalda a los referidso avances, que precisamente deben convertirse en aliados útiles para faciliatar el proceso de enseñanza, puesto que cada vez la tendencia es hacia esos confines, y de lo que se trata es de sacar el mejor de los provechos.
Precisamente sobre esa base y para colaborar a paliar esta necesidad se proponen las siguientes guías sobre contenidos y estrategias de utilización y formación, cuya finalidad es contribuir a lograr un empleo más seguro y educativo de Internet, por lo que ya hemos dicho; no se trata de colocarse de espalda a estos avances, sino de convertilos en neustros mejroes alifaos, toda vez que se trata de una tendencia al parecer irreversible.
Todo esto nos lleva al convencimieto de que tenemos que ver y manejar el internet como lo que es, una red social mundial, un espejo de la sociedad. Con la característica de que no está controlada, por ahora, por ninguna organización central y no siempre se puede establecer la fiabilidad de la información que ofrece. De la misma manera que los demás medios de comunicación y entretenimiento, las TIC (Tecnologías de Información y Comunicación) pueden ser el vehículo de mensajes positivos, pero también de otros contraproducentes desde un punto de vista educativo.
Pero no sólo se trata de que los docentes asuman estos cambios, sino que del mismo modo se constituye en un alido útil del estuadinte, del alumno, al que se le asegurar por esta vpía varias posiblidades. En lo que respecta a este último punto, se precisa destacar que “El desarrollo de habilidades en el manejo de las Tecnologías de Información y Comunicación capacita al alumnado para acceder a recursos variados, crear y compartir documentos de todo tipo y participar en actividades de aprendizaje sin restricciones de husos horarios ni emplazamientos geográficos”, loq ue de entrada se erige en una gigantezca ayuda, jamás pensada si nos colocamos en estadio anteriores a la apareación de tan importante herrameitna.
Hay que decir que ciertamente “todas estas posibilidades pueden considerarse extensiones sofisticadas de las habilidades tradicionales –leer, escribir, hablar y escuchar– que se experimentan en el ámbito escolar. Un gran número de estudios llevados a cabo en distintos países han confirmado que el uso de las tecnologías de la información y la comunicación en educación puede proporcionar además otros beneficios educativos significativos; entre otros, los siguientes: 1) Una ruptura más fácil de las barreras artificiales que separan la escuela del mundo que queda fuera de ella; 2) Un mejor aprendizaje de los contenidos de las distintas áreas curriculares, facilitando el trabajo interdisciplinar; 3) Adquisición de una mayor responsabilidad con respecto a la propia tarea de aprendizaje; 4) Mejora de habilidades investigadoras: búsqueda, documentación, clasificación, síntesis, comparación; 5) Incremento de la motivación, el disfrute y el interés en las experiencias de aprendizaje; 6) Aumento de la sensación de éxito en el aprendizaje; 7) Mejora de la autoestima y fortalecimiento de la capacidad de proyección a nuevos horizontes; 8) Ayuda para el desarrollo del pensamiento crítico del alumnado, de su capacidad de contraste, elección y toma de decisiones.
Ahora bien, no sólo es en lo que respecta a los alumnos, sino a todos los actores del sistema, como hemos dicho, puesto que de igual manera existen amplias posibilidades para la docencia, puesto que “si Internet se integra en el desarrollo del currículum escolar, se convierte en una poderosa herramienta didáctica en manos de los docentes, pues permite y facilita: 1) El uso de información que la escuela ya tiene almacenada, ahorrándo tiempo; 2) La utilización de ordenadores para reducir esfuerzo cuando se realizan tareas repetitivas; 3) Recoger, almacenar y clasificar toda clase de datos de una forma estructurada y accesible; 4) Obtener de la red información variada, actual, novedosa y relevante para ser utilizada en las clases; 5) Proponer experiencias, actividades y proyectos de trabajo que impliquen el acceso del alumnado a la información contenida en la red; en fin, múltiles ventajas que sabiendolas utilizar, son sencillamente una ayuda valiosa, y de ahí su importancia. Por todo lo comentado, se hace necesario y vital, que se puedan desarrollar estrategias de formación y prácticas adecuadas, educativa y segura de Internet requiere urgentes e intensivos programas de sensibilización y capacitación de los profesionales. La formación del profesorado en las tecnologías de información y comunicación requiere adquirir habilidades y conocimientos tanto en lo referente a la educación sobre y para Internet como a la educación a través de Internet. Algunas recomendaciones para la formación del profesorado son las siguientes: 1) La clave para un uso más seguro y educativo de Internet es la propia formación de usuarios y el desarrollo de una actitud responsable; 2) La experiencia conjunta de progfesorado y alumnado en el uso de internet es una estrategia educativa de primer orden para promover la formación atenta y controlada de ambos; 3) Campañas de concienciación intensiva y extensiva así como programas concretos que promuevan la información clara pero completa sobre las virtudes y los riesgos de Internet y sobre su uso adecuado; 4) Los centros de formación del profesorado (CEP) pueden constituir un vehículo ideal para ofrecer a los docentes información, materiales, recursos y ejemplos sobre las posibilidades del uso educativo de Internet.
jueves, 16 de junio de 2011
Planificación del Nivel Inicial (una sección de clases)
Planificación de una Sección
Bloque No. 3
Curso: Kinder A
Tema: La Navidad
Tanda: Matutina
Propósito General: Potenciar el desarrollo de su capacidad crítica a partir de la expresión de opiniones y la valoración de objetos y situaciones determinadas.
Propósito Específico: Expresar sus opiniones acerca de hechos y circunstancias usando sus propias ideas o juicios, tanto en forma individual como colectiva.
Indicadores de Logros
- Ordena en secuencia imágenes relacionadas con textos simples leídos por el o la docente;
- Presta atención a la lecturas, diálogos, narraciones orales;
- Conversa, dialoga, narra, describe con intención de comunicarse en forma creativa.
Contenidos
- Conceptual: “Nacimiento de Jesús”
“Derecha-Izquierda”
- Procedimental: Construcción y reconocimiento de su lateralidad por medio de dinámicas y juego.
- Actitudinal: Autonomía en movimientos en el centro y en otros aspectos en relación con los y las demás compañeros y compañeras, educadores y educadoras.
Actividades
- Encuentro de grupo. Rutina diaria;
- Conversar con los niños y niñas acerca de la navidad;
- Preguntarle qué recuerdan de la historia que se contó en la semana anterior y en qué se quedó;
- Invitar a los niños y niñas a que imaginen qué pasa en la siguiente historia: Nacimiento del Niño Jesús;
- Leer la historia y preguntarles sobre varios conceptos en el transcurso de la lectura (emperador, pueblos, censo);
- Propiciar el diálogo, que planteen hipótesis sencillas acerca de lo que vivieron los personajes y cómo se sintieron: Ej. ¿Cómo creen que se sintieron María y José cuando nació su hijo Jesús en aquellas circunstancias?;
- Pintar junto con los niños el nacimiento de Jesús.
Grupo Grande, Grupo Pequeño
Grupo Grande: Pedirle a los niños y niñas que modelen con masilla diferentes personajes de la historia, el nacimiento del niño Jesús, para luego hacer un pesebre con el resto del curso.
Grupo Pequeño: Pedirle a los niños y niñas que cierren sus ojos y se coloquen la mano en su pecho para que sientan su corazón latir y que luego señalen en qué parte de su cuerpo está; partiendo de esto le enseñaré el lado izquierdo y el derecho, tomando en cuenta que su corazón está en el lado izquierdo, luego les preguntaré: ¿Qué sienten?, ¿Cuáles objetos están ubicados a su izquierda?, ¿Cuáles objetos están ubicados a su derecha? Pedirles que coloreen el lado izquierdo del niño y el lado derecho de la niña.
Actividad Grupal
Expresión Corporal
Salir con los niños y niñas al patio para jugar la peregrina y así enseñarles con esto, cómo nuestro cuerpo es útil para jugar, mantener el equilibrio con el pie derecho y el pie izquierdo.
Al final le pediré a los niños y niñas que entremos al aula a recostarnos en el piso para descansar.
Evaluación
Con los niños y niñas recostados en el piso, les pediré que me digan si les gustaron las actividades que realizamos en el día, que cuál fue la que más les gustó;luego les pediré un ejemplo de cómo saltaron y de qué forma lo hicieron.
Cierre para terminar el día
Cantaré la canción junto a los niños y niñas hasta mañana, y les diré que el próximo viernes tendremos merienda compartida de frutas.
Recursos
El cuerpo humano
Masilla
Hojas
Lápiz a colores.
martes, 14 de junio de 2011
EL APREDIZAJE
3.2. Aprendizaje
1) En el proceso de enseñanza-aprendizaje hay que tener en cuenta lo que un alumno es capaz de hacer y aprender en un momento determinado, dependiendo del estadio de desarrollo operatorio en que se encuentre (según las teorías de J. Piaget). La concreción curricular que se haga ha de tener en cuenta estas posibilidades, no tan sólo en referencia a la selección de los objetivos y de los contenidos, sino, también en la manera de planificar las actividades de aprendizaje, de forma que se ajusten a les peculiaridades de funcionamiento de la organización mental del alumno.
2) Además de su estadio de desarrollo habrá que tener en cuenta en el proceso de enseñanza-aprendizaje el conjunto de conocimientos previos que ha construido el alumno en sus experiencias educativas anteriores -escolares o no- o de aprendizajes espontáneos. El alumno que inicia un nuevo aprendizaje escolar lo hace a partir de los conceptos, concepciones, representaciones y conocimientos que ha construido en su experiencia previa, y los utilizará como instrumentos de lectura e interpretación que condicionan el resultado del aprendizaje. Este principio ha de tenerse especialmente en cuenta en el establecimiento de secuencias de aprendizaje y también tiene implicaciones para la metodología de enseñanza y para la evaluación.
3) Se ha de establecer una diferencia entre lo que el alumno es capaz de hacer y aprender sólo y lo que es capaz de hacer y aprender con ayuda de otras personas, observándolas, imitándolas, siguiendo sus instrucciones o colaborando con ellas. La distancia entre estos dos puntos, que Vigotsky llama Zona de Desarrollo Próximo (ZDP) porque se sitúa entre el nivel de desarrollo efectivo y el nivel de desarrollo potencial, delimita el margen de incidencia de la acción educativa. En efecto, lo que un alumno en principio únicamente es capaz de hacer o aprender con la ayuda de otros, podrá hacerlo o aprenderlo posteriormente él mismo. La enseñanza eficaz es pues, la que parte del nivel de desarrollo efectivo del alumno, pero no para acomodarse, sino par hacerle progresar a través de la zona de desarrollo próximo, para ampliar y para generar, eventualmente, nuevas zonas de desarrollo próximo.
4) La clave no se encuentra en si el aprendizaje escolar ha de conceder prioridad a los contenidos o a los procesos, contrariamente a lo que sugiere la polémica usual, sino en asegurarse que sea significativo. La distinción entre aprendizaje significativo y aprendizaje repetitivo, afecta al vínculo entre el nuevo material de aprendizaje y los conocimientos previos del alumno: si el nuevo material de aprendizaje se relaciona de manera sustantiva y no aleatoria con lo que el alumno ya sabe, es decir, si es asimilado a su estructura cognitiva, nos encontramos en presencia de un aprendizaje significativo; si, por el contrario, el alumno se limita a memorizarlo sin establecer relaciones con sus conocimientos previos, nos encontraremos en presencia de un aprendizaje repetitivo, memorístico o mecánico.
La repercusión del aprendizaje escolar sobre el crecimiento personal del alumno es más grande cuanto más significativo es, cuanto más significados permite construir. Así pues, lo realmente importante es que el aprendizaje escolar de conceptos, de procesos, de valores sea significativo.
5) Para que el aprendizaje sea significativo, han de cumplirse dos condiciones.
En primer lugar, el contenido ha de ser potencialmente significativo, tanto desde el punto de vista de su estructura interna (significatividad lógica: no ha de ser arbitrario ni confuso), como desde el punto de vista de su asimilación (significatividad psicológica: ha de haber en la estructura psicológica del alumno, elementos pertinentes y relacionales).
En segundo lugar se ha de tener una actitud favorable para aprender significativamente, es decir, el alumno ha de estar motivado por relacionar lo que aprende con lo que sabe.
6) La significatividad del aprendizaje está muy directamente vinculada a su funcionalidad. Que los conocimientos adquiridos conceptos, destrezas, valores, normas, etc.- sean funcionales, es decir, que puedan ser efectivamente utilizados cuando las circunstancias en que se encuentra el alumno lo exijan, ha de ser una preocupación constante de la educación escolar, Cuanto más numerosas y complejas sean las relaciones establecidas entre el nuevo contenido de aprendizaje y los elementos de la estructura cognitiva, cuanto más profunda sea su asimilación, en una palabra, cuanto más grande sea su grado de significatividad del aprendizaje realizado, más grande será también su funcionalidad, ya que podrá relacionarse con un abanico más amplio de nuevas situaciones y de nuevos contenidos.
7) El proceso mediante el que se produce el aprendizaje significativo necesita una intensa actividad por parte del alumno, que ha de establecer relaciones entre el nuevo contenido y los elementos ya disponibles en su estructura cognitiva. Esta actividad, es de naturaleza fundamentalmente interna y no ha de identificarse con la simple manipulación o exploración de objetos o situaciones; este último tipo de actividades es un medio que puede utilizarse en la educación escolar para estimular la actividad cognitiva interna directamente implicada en el aprendizaje significativo. No ha de identificarse, consecuentemente, aprendizaje por descubrimiento con aprendizaje significativo. El descubrimiento como método de enseñanza, como manera de plantear las actividades escolares, es no tan sólo una de las vías posibles para llegar al aprendizaje significativo, pero no es la única ni consigue siempre su propósito inexorablemente.
8) Es necesario proceder a una reconsideración del papel que se atribuye habitualmente a la memoria en el aprendizaje escolar. Se ha de distinguir la memorización mecánica y repetitiva, que tiene poco o nada de interés para el aprendizaje significativo, de la memorización comprensiva, que es, contrariamente, un ingrediente fundamental de éste. La memoria no es tan sólo, el recuerdo de lo que se ha aprendido, sino la base a partir de la que se inician nuevos aprendizajes. Cuanto más rica sea la estructura cognitiva del alumno, más grande será la posibilidad que pueda construir significados nuevos, es decir, más grande será la capacidad de aprendizaje significativo. Memorización comprensiva, funcionalidad del conocimiento y aprendizaje significativo son los tres vértices de un mismo triángulo.
9) Aprender a aprender, sin duda, el objetivo más ambicioso y al mismo tiempo irrenunciable de la educación escolar, equivale a ser capaz de realizar aprendizajes significativos por uno mismo en una amplia gama de situaciones y circunstancias. Este objetivo recuerda la importancia que ha de darse en el aprendizaje escolar a la adquisición de estrategias cognitivas de exploración y de descubrimiento, de elaboración y organización de la información, así como al proceso interno de planificación, regulación y evaluación de la propia actividad.
10) La estructura cognitiva del alumno, puede concebirse como un conjunto de esquemas de conocimientos. Los esquemas son un conjunto organizado de conocimiento, pueden incluir tanto conocimiento como reglas para utilizarlo, pueden estar compuestos de referencias a otros esquemas, pueden ser específicos o generales. "Los esquemas son estructuras de datos para representar conceptos genéricos almacenados en la memoria, aplicables a objetos, situaciones, acontecimientos, secuencias de hechos, acciones y secuencias de acciones".
Los diferentes esquemas de conocimiento que conforman la estructura cognitiva pueden mantener entre sí relaciones de extensión y complejidad diversa. Todas las funciones que hemos atribuido a la estructura cognitiva del alumno en la realización de aprendizajes significativos implican directamente los esquemas de conocimiento: la nueva información aprendida se almacena en la memoria mediante su incorporación y vinculación a un esquema o más. El recuerdo de los aprendizajes previos queda modificado por la construcción de nuevos esquemas: la memoria es, pues, constructiva; los esquemas pueden distorsionar la nueva información y forzarla a acomodarla a sus exigencias; los esquemas permiten hacer inferencias en nuevas situaciones. Aprender a evaluar y a modificar los propios esquemas de conocimiento es un de los componentes esenciales del aprender a aprender.
11) La modificación de los esquemas de conocimiento del alumno es el objetivo de la educación escolar. Inspirándonos en el modelo de equilibrio de les estructuras cognitivas de Piaget, podemos caracterizar la modificación de los esquemas de conocimiento en el contexto de la educación escolar como un proceso de equilibrio inicial desequilibrio, reequilibrio posterior.
El primer paso para conseguir que el alumno realice un aprendizaje significativo consiste en romper el equilibrio inicial de sus esquemas respecto al nuevo contenido de aprendizaje. Además de conseguir que el alumno se desequilibre, se conciencie y esté motivado para superar el estado de desequilibrio, a fin de que el aprendizaje sea significativo. Es necesario también que pueda reequilibrarse modificando adecuadamente sus esquemas o construyendo unos nuevos.
12) Estos principios e ideas configuran la concepción constructivista del aprendizaje y de la enseñanza. El constructivismo no es una teoría psicológica en sentido estricto, ni tampoco una teoría psicopedagógica que nos dé una explicación completa, precisa y contrastada empíricamente de como aprenden los alumnos y de la que pueda resultar prescripciones infalibles sobre como se ha de proceder para enseñarlos mejor. Desgraciadamente, ni la psicología, ni la psicología de la educación ni la psicopedagogía ni las didácticas no han asumido todavía este alto nivel de desarrollo y de elaboración.
Hay, no obstante, diversas teorías, tanto en el ámbito del estudio de los procesos psíquicos como en el ámbito del estudio de los procesos escolares de enseñanza y aprendizaje, que comparten principios o postulados constructivistas y que coinciden en señalar que el desarrollo y el aprendizaje humanos son básicamente el resultado de un proceso de construcción, que el hecho humano no se puede entender como el desplegamiento de un programa inscrito en el código genético ni tampoco como el resultado de una acumulación y absorción de experiencias. Somos una cosa y la otra, y somos mucho más, ya que aquello que nos convierte en personas son, precisamente las construcciones que somos capaces de hacer a partir de estos ingredientes básicos.
Así, no obstante, estas teorías a menudo proporcionan explicaciones e incluso, descripciones, sensiblemente diferentes y a veces contrapuestas del qué y el cómo de los procesos de construcción. Y no solamente esto, sino que, además son teorías parciales que centran la atención en determinados aspectos o factores del desarrollo y del aprendizaje, en detrimento de otras. Algunos ejemplos bien conocidos, las explicaciones del desarrollo y el aprendizaje de Wallon, Piaget, Vigotsky, Ausubel, Bruner y de una buena parte de teóricos del procesamiento de la información pueden calificarse, en muchos aspectos, de constructivistas. Así mismo, discrepan en muchos puntos y ninguna proporciona, por ella misma, una visión integradora del desarrollo y del aprendizaje humanos suficientemente satisfactoria.
En la adopción de la concepción constructivista del aprendizaje y de la enseñanza como uno de los rasgos característicos del modelo que inspira el planteamiento Curricular de la Reforma ha habido una sensibilidad especial por este estado de las cosas. Se ha intentado reflejar la convergencia de unas ideas, fuerzas o principios básicos, de unos enfoques y de unos autores que, en principio, se sitúan en encuadres teóricos diferentes. Se ha querido también huir de dogmatismo y de reduccionismos, aceptando la posibilidad de interpretaciones diversas, pero, igualmente legítimas, de los principios constructivistas. Se ha intentado también, repensar y resituar estos principios que, a menudo, han aparecido en contextos de investigación estrictamente psicológicos, teniendo en cuenta las características propias y específicas de la educación escolar.
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